¡¡Feliz año nuevo!!
Cada nuevo año nos brinda una oportunidad, nos ofrece la ilusión de comenzar de nuevo. Los buenos deseos se prodigan y una buena dosis de idealismo inunda todo. Si los deseos de paz y las buenas intenciones se prolongasen todos los días del año probablemente tendríamos un mundo más amable y más justo. Pero parece que pasados los primeros días de 2016, al ritmo que olvidamos todos los buenos propósitos que nos hicimos de mejora personal, perdemos de vista ese ánimo positivo que nos hacía desear una sociedad más solidaria y feliz.
Los medios de comunicación nos presentan un mundo sórdido, horrible, lleno de injusticias y de violencia. Es difícil sustraerse al pesimismo que genera esta dosis de realidad que nos inoculan a diario. Sin embargo, a lo largo de la historia muchos inconformistas han soñado con una sociedad ideal. Si creer es crear, imaginar el mundo que deseamos es ya un primer paso para construir una realidad a la altura de nuestros sueños.
En 1516 Tomás Moro publicó en Inglaterra Utopía. Utopía, que significa “en ningún lugar” y el “buen lugar” describe una ciudad imaginaria ideal. En esta isla la jornada laboral es corta para que todos los trabajadores dispongan de tiempo libre y puedan cultivarse. Las leyes son claras y sencillas y el único propósito del gobierno es el mantenimiento de la paz.
El año nuevo nos ofrece un nuevo pretexto:
¿Cómo imaginas tú la sociedad ideal? ¿Qué cosas cambiarías para conseguirla?
Quizá conoces el pequeño país de Bután, que ha incluido como objetivos de crecimiento del país los indicadores de felicidad de sus habitantes.
Es posible que también hayas oído hablar de la Economía del Bien Común.
¿Conoces otras iniciativas que contribuyan a crear una sociedad más solidaria y más feliz?