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| Toni Demuro (Tree 045) |
y se quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
Todas las tardes, el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,
mi espíritu errará nostáljico…
Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido…
Y se quedarán los pájaros cantando.
Juan Ramón Jiménez, Poemas agrestes, 1910-1911
El tema de la muerte os llega estos días de mil maneras. En esta ocasión el poema de Juan Ramón Jiménez incide en una línea reflexiva, constatando el carácter efímero de nuestra existencia frente al carácter cíclico y perdurable de la naturaleza. El viaje definitivo es la metáfora para referirse a la muerte, un viaje sin retorno, que llena de tristeza al poeta.
Fijaos en la la nostalgia anticipada de todo lo que está presente en la realidad del poeta y que él se perderá irremediablemente al morir. Se aprecia claramente la influencia modernista, con abundante adjetivación, que incide en lo sensorial, y estructuras paralelísticas y repeticiones (reduplicaciones, reiteraciones), que producen cierta musicalidad y sugieren la obsesión por la idea de la muerte.