Cuando comentábamos la carta personal en clase y reflexionábamos sobre los tres implicados en el proceso epistolar tradicional (emisor, destinatario y cartero), he recordado una publicación de hace unos meses en la revista XL Semanal con un planteamiento insólito:
En un reportaje titulado "Querido yo", adultos como J. K. Rowling, Yoko Ono, Albert Espinosa, Jorge Sanz o José Manuel Calderón, que han alcanzado de alguna manera sus sueños en las diferentes áreas a las que se dedican, dirigían una emotiva carta a su yo adolescente.
Aparte del interés que podría tener para vosotros leer algunos consejos de quienes han recorrido un trecho más largo del camino y comparten su experiencia, se me ocurre una propuesta de escritura.
Dado que aún sois adolescentes, podríais escribir una carta al niño que fuisteis.
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Elena Shumilova |
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Elena Shumilova |
Sé que no está demasiado alejado en el tiempo, pero ya no os sentís identificados con él. De alguna forma, estáis huyendo de la infancia a pasos agigantados.
Escribid al niño o a la niña que os ha acompañado durante años. Contadle cómo estáis cambiando, prometedle que nunca os olvidaréis de él/ella, que seréis fieles a las grandes verdades que descubristeis juntos.
¿Os animáis?
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Elena Shumilova |