Algunos alumnos defendíais en clase recientemente la inutilidad de las tildes. Acostumbrados como estáis a suprimirlas en vuestros mensajes de móvil sin que vuestra comunicación se resienta mucho, abogabais por prescindir de ellas sin más. Pero no es tan sencillo. El acento en español sirve para diferenciar significados, tiene valor distintivo.
En español la oposición acentual llega en ciertos casos a distinguir entre palabras aparentemente iguales, formas de diferente valor morfológico y significativo con arreglo a la sílaba en que el acento cae o se sitúa. Por ello existen en el verbo transformaciones tales como:bailo (presente)/bailó (pretérito).
Pero en ocasiones el contraste fonológico del acento se produce entre sustantivos y verbos: baile (sust.) bailé (verbo).En algunos casos la oposición acentual permite distinguir tres formas de diferente valor entre palabras aparentemente iguales, como ocurre en los ejemplos siguientes: ánimo animo animó.
Otra fuente de diferenciación es la que se da como resultado de la presencia o ausencia del acento, en formas léxicas estructuradas por los mismos fonemas, algunas de las cuales no guardan entre sí ninguna relación etimológica: dé (verbo) de (preposición).
En la red encontramos en clave de humor muchos carteles que insisten en estos conceptos. Recojo a continuación una muestra y os animo a que aportéis otros ejemplos o chistes similares.
¿Te atreves con este cuestionario sobre acentuación?
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