Quizá el autor más representativo de la poesía social sea Gabriel Celaya. En el poema que hemos seleccionado se reflexiona sobre la función de la poesía. El tono testimonial se expresa a partir de:
a) La utilización del verso libre.
b) El uso de continuas repeticiones y paralelismos para subrayar un ritmo que despierte la conciencia del lector.
c) La selección de metáforas y símiles de fácil comprensión
¿Te atreves a valorar la vigencia de este mensaje? ¿De qué manera la música puede ayudar a difundir la poesía comprometida? ¿Conoces ejemplos actuales de canción protesta?
a) La utilización del verso libre.
b) El uso de continuas repeticiones y paralelismos para subrayar un ritmo que despierte la conciencia del lector.
c) La selección de metáforas y símiles de fácil comprensión
"Nos encontramos así con una poesía-mensaje ("No es un bello producto"), que nace de una necesidad vital ("necesaria como el pan de cada día") y cuyo poder de redención y de cambio social está por encima de su complejidad estética, como indica el propio título de la composición"
(Introducción a la Literatura Española a través de los textos, IV, Istmo).
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Procedencia de la imagen |
LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO
Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmado,
como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.
Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.
Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.
Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.
Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.
Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.
Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.
Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.
No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.
Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.
Os invito a escuchar la mítica versión de Paco Ibáñez en una grabación en directo de este mismo mes:
¿Te atreves a valorar la vigencia de este mensaje? ¿De qué manera la música puede ayudar a difundir la poesía comprometida? ¿Conoces ejemplos actuales de canción protesta?